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Frente Femenino Freyja Protectora

Igualdad - Desigualdad

EDICION DEL FRENTE FEMENINO DE CEDADE

Para nosotros, el hombre y la mujer son distintos; en ellos se dan unas diferencias biológicas imprescriptibles que comportan ciertas aptitudes específicas.

 La mujer no es igual al hombre; lo que no implica que el hombre tenga que ser necesariamente superior a la mujer, de ahí que podamos proclamar que el hombre no siendo idéntico a la mujer, es distinto de ella, pero ambos se complementan.

La diferenciación que propugnamos es evidente tanto en los caracteres sexuales primarios (soporte del aparejamiento y la reproducción) y en sus caracteres sexuales secundarios o extra-genitales: proporciones de su esqueleto (menor en la mujer que en el hombre), desarrollo de las glándulas sebáceas y de la musculatura, abundancia y reparto de la grasa, distribución del sistema piloso en cara, tronco y extremidades, timbre de la voz, etc.[1]

Estas características anatómicas imprimen carácter en el individuo, le marcan tanto su psyche (alma), como su soma (cuerpo). Y por eso, en general el hombre posee unas características espirituales que le distinguen de la mujer: al poder, resistencia, energía, combatividad, instinto de caza, de conquista y de dominio propios del hombre, se oponen los atributos de constancia, sensibilidad, intuición, ternura, receptividad propios de la mujer. Con ello no queremos significar que el hombre carezca de estos atributos, pero sí que queremos dejar constancia de que las características enunciadas son propias y dominan más en un sexo que en otro.

Hemos de dejar bien claro que tanto el hombre como la mujer, son igualmente necesarios dentro de la sociedad. Las relaciones entre ambos no han de ser de enfrentamiento, de confrontación, de conflicto, sino que unidos en el campo laboral, social y en cada faceta de la vida, han de moverse en planos diferentes, ocupando cada uno el puesto que le corresponda y para el que esté más capacitado.

 En base a esta especialización de cada uno hacia una determinada misión, creemos que la mujer está más capacitada que el hombre para cuidar de la familia y para determinados trabajos como enfermera o maestra, siendo absurdo que, en base a la eliminación de toda discriminación por razón del sexo se tenga que ocupar de trabajos duros e impropios de su condición femenina como transportista, minero, etc. Pero no vamos aquí a referirnos al tema de la mujer y el trabajo, tratado en un capítulo aparte de este libro.

Dentro de la familia, el hombre y la mujer deben moverse en un plano de igualdad, deben tomar las decisiones de mutuo acuerdo y, en caso de que ambos se vean obligados a trabajar fuera de casa, deben realizar juntos las labores domésticas, cuidar de los niños y disfrutar juntos los ratos de ocio de que dispongan.

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[1]  Datos tomados del artículo "La différence" del Prof. Gilbert Dreyfus. Publicado en la revista Eléments, núm. 14-15, Marzo-Mayo 1976

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